Hipersensibilidad de la piel

Las pieles sensibles e hipersensibles poseen un umbral de tolerancia menor que el de la piel normal, por eso reacciona frente a determinados éstimulos a los que una piel normal no reacciona.

Cursa con:

Alteraciones de la permeabilidad cutánea y de la microcirculación, función barrera disminuida.

Se ve afectada por:

Factores ambientales externos (sol, frío, calor, contaminación atmosférica)
Algunos tratamientos cosméticos (detergentes...)
Medicamentos
Factores internos (estrés, alimentación...)
Estados patológicos (hipertensión, diabetes...)

Se caracteriza por:

Reacciona muy rápidamente
Presenta menor cantidad de lípidos
Descama con facilidad
Enrojecimiento, cuperosis, infamación
Sensación de tirantez y prurito

El objetivo del tratamiento debe ser atenuar la reactividad cutánea, reducir el umbral de reacción y protegerla frente a agentes irritantes, sensibilizantes y alergénicos.

Los cosméticos adecuados para estas pieles deben contener inmunomoduladores para estabilizar la reactividad superficial.

Hoy en día es posible combatir algunos problemas cosméticos mediante activos que actúan sobre el sistema nervioso, inhibiendo o activando funciones neuromediadoras específicas: es la neurocosmética (Be+ la aplica con Neutrazen en la Crema Hidratante para pieles atópicas.